Minoru Akiyama

No importa lo que pase, él sabe que de un modo u otro lo vas a voltear a ver, no porque se crea o se sienta guapo. Es algo a lo que ya está acostumbrado. Su aura macabra y oscura, de niño solía alejar a los otros niños, y hoy en día, esa misma misteriosa aura atrae tanto a hombres como a mujeres. Creen que el misterio que genera es romántico y rebelde, sin embargo, él califica ese "interés" como algo muy sobrevalorado.

Tiene el cabello de ébano y la piel de marfil, "Como la canción" sin embargo, sus ojos de borgoña son fieros, y se las arreglan para hacerlo parecer inteligente y apasionado al mismo tiempo. Pero si lo pones de mal humor esa mirada cambiará y no importa hacia donde te nuevas, esos ojos no van a dejarte tranquilo.

Alto, con una espalda ancha y buena condición física, la cual no le gusta presumir. Lleva las uñas pintadas con esmalte negro. Como podrá verse, este es uno de sus colores favoritos y es este mismo el que le sigue de un modo u otro a donde quiera que se dirija.

A pesar de lo que uno pueda creer, no es frío y cruel con las personas... a menos que les des una terrible mala impresión. Sin embargo sí es muy serio, reservado y un poco taciturno y solitario, rayando en ser antisocial. Problemático y rebelde.

Difícilmente se le ve hablando con las personas, por cuenta propia, y por "Cuenta propia" hablamos de que él sea el que inicie la conversación. Eso sí, cuando lo hacen hablar, difícilmente van a calmarlo. No es que diga solamente tonterías, sino que observa demasiado y por lo tanto, tiene mucho que decir.

Cuando le tiene confianza y cierto afecto a alguna persona, lo demuestra de verdad siendo amable, muy bien educado, cariñoso y hasta algo bromista.

Es alguien que además es noble, sencillo e independiente.

Pocas veces ha llegado a enamorarse de verdad, pero cuando lo hace es atento, apasionado, devoto, y por desgracia celoso. Algo normal, pero no puede evitarlo.  

Minoru Akiyama, se crió en una familia con numerosos hermanos a quienes un buen día se les antojó juntarse para formar una banda.

Él a decir verdad no le parecía muy buena esta idea, pero terminaron convenciéndolo para hacerla.
Al principio las cosas iban excelentemente bien, incluso llegaron a hacerse famosos, y fue esto lo que hizo que su interés empezara a decaer. Al mayor de ellos, se le empezó a subir la fama llegando incluso a hacer sentir menos a sus padres y al resto de sus hermanos, y ellos igualmente empezaron a volverse egolatras, mujeriegos y egoístas. Le daba asco y repugnancia la manera en que ellos trataban a sus fans e igualmente a sus novias. Rodeados de tantas mujeres ¿Cómo demonios no iban a restarles importancia? Incluso aunque él mismo estaba rodeado de mujeres y hasta hombres, él decidió que no iba a ser igual que ellos y no las iba a tratar del mismo modo, por lo cual ponía una linea muy clara siendo amable con ellas, pero no pasando de agradecer la admiración. De hecho, él mismo mantuvo alejadas a las personas que llegaron a ser sus parejas de la vida pública, no porque le avergonzara, sino porque para él, el amor era algo tan importante e íntimo que no quería que fueran perseguidos por cámaras y paparazzis que provocaran que su relación se fuera cayendo.

Aún así por situaciones del trabajo, cada vez se iba quedando más y más solo. Él mismo pensaba que no tenía el suficiente talento para ser quien era, y que si había tanta gente adorándolo de esa manera era por su fama y su dinero, no por quién era. Así que un día, simplemente harto de tanta falsedad y superficialidad, abandonó a su familia a mitad de un concierto, tomó su auto y empezó a conducir sin siquiera saber a donde iba.

Consiguió trabajo como mesero en una cafetería y en esa cafetería fue donde conoció a su mayor mentor. Él iba acompañado de una hermosa y elegante jovencita, que él supuso que era su hija y aunque al principio se alarmó -creyendo que ella podría reconocerlo- ella simplemente sonrió de la manera más franca y dulce en que nadie le hubiera sonreído nunca e igualmente a aquel hombre -a quien reconoció como Kōji Yakusho, un actor que actualmente estaba retirado- le sonrió.

Incluso aunque ahora él estuviera entre lo que sus hermanos llamarían "La plebe" ellos eran tan amables con él como si fueran un igual y es que así eran. Estaba tan conmocionado que decidió seguir hasta su casa a este hombre y hablarle de quién era, contarle lo ocurrido o algo así, pues estaba completamente perdido respecto a qué haría ahora.

Este caballero, muy amablemente lo invitó a comer a su casa, junto con su hija -quien le reconoció como el mesero de la cafetería y no como al integrante de una banda- Ambos tuvieron una larga y seria charla sobre su vida, sin embargo, él solo pudo darle el más sabio consejo que nadie le había dado nunca y ese era que él mismo debía ser el dueño de su propio destino. Agradecido por la conversación decidió entonces qué sería lo que haría: Apenas había terminado la preparatoria, dejó los estudios porque se suponía que siendo ya famoso y rico, la educación venía sobrando, así que no había ido nunca a la universidad y él deseaba ir porque aspiraba ser un gran psicólogo. Fija la meta ahora, llegó hasta aquí sin mirar atrás.